Bonsai

    El Bonsai, como medio de expresión artística, posee un alcance infinito; en él se pone de manifiesto el gusto estético por lo bello, se logra comprender  la forma en que trabaja la naturaleza; el bonsaísta debe ser un fiel imitador y discípulo de la naturaleza, ella será siempre nuestro mejor ejemplo de perfección, simplicidad y belleza. 
   
    El Bonsai aún no termina, cada día se descubren más posibilidades de diseño, materiales y especies aptas para este tipo de cultivos; por ello el practicante no debe quedarse estancado, debe evolucionar junto con el arte, comulgar con él para lograr la excelencia creadora que exige este arte.
    
    No es suficiente con dominar las técnicas de horticultura y tener unos bellos y frondosos árboles, es necesario plasmar en ellos el arte, la forma y el dominio del espacio, para poder lograr un equilibrio entre lo vivo (el árbol) y lo mágico (el arte); juntos deben lograr una unidad armoniosa donde ambos elementos se aprecien como uno solo.
    
   Un Bonsai nunca esta terminado, es un ser vivo que va cambiando constantemente, madurando y evolucionando con el tiempo, por ello la constancia y trabajo diario se torna elemental para lograr mantener la esencia creadora que tuvo en sus inicios; este necesario contacto con los árboles es lo que diferencia, al Bonsai, de las demás expresiones artísticas, donde el artista es el que decide cuando ha terminado su obra; el Bonsai no posee punto final, continua dando a su artista la posibilidad de seguir creando ya que cada nueva hoja, rama o tronco se deben ir modelando y con el tiempo continúan apareciendo nuevos e interesantes elementos en la composición.
    
   Cuando comencé, en 1.983, a hacer Bonsai no imagine que su practica y cultivo fuera una disciplina tan cautivante creando una especie de “adicción” que luego difícilmente se puede olvidar. Al practicar el Bonsai y comprender su esencia los vera en todas partes, al viajar y contemplar un paisaje el “ojo creador” se activa y se comienza a podar y modelar, mentalmente, gigantescos árboles de montañas o sabanas imaginándolos en pequeños recipientes acompañando nuestra vida y sirviendo como estimulo suficiente para proseguir este hermoso y satisfactorio camino del Bonsai.

Roberto Serbanescu López